A menudo oímos a profesores que se enfrentan al mismo problema: una mala conexión a Internet. Una conexión poco fiable arruina el ritmo y la impartición de tus lecciones bien planificadas, provocando comportamientos que desbaratan el aprendizaje.
Entonces, ¿cómo puedes enseñar con éxito si no puedes confiar en tu Internet? Tenemos siete ideas sencillas que te ayudarán a impartir clases estupendas, a pesar de los problemas causados por tu mala conexión.
1: Potencia tu señal
Antes de soportar una conexión pésima, hay algunas cosas sencillas que puedes hacer para asegurarte de que funciona lo mejor posible.
Prueba estas sencillas ideas para potenciar lo que ya tienes:
- Usa cable, no wi-fi: Utiliza un cable Ethernet para conectarte directamente al router. Esto debería proporcionarte una conexión más fiable y rápida.
- Actualiza tu navegador: La última versión no sólo es más segura, sino que también puede mejorar la velocidad.
- Comprueba que tu conexión es privada: Protege tu wi-fi con una contraseña para asegurarte de que nadie cercano la utiliza sin que tú lo sepas.
- Evita los cables alargadores: Si tienes que utilizar uno, que sea lo más corto posible y que no se enrede.
- Sé amable con tu router: Ponlo sobre una mesa en lugar de en el suelo. Mantenlo encendido y alejado de otros aparatos electrónicos, como monitores de bebés.
- Comprueba tu línea telefónica: Los microfiltros te permiten dividir las señales de teléfono y banda ancha. Esto evita que se afecten mutuamente.
Ponte en contacto con tu proveedor de servicios de Internet (PSI) para consultar si tienes algún problema con tu conexión. Pueden ayudarte a realizar pruebas sencillas de diagnóstico o a ver si necesitas una mejora para potenciar tu señal.
2: Utiliza elementos visuales para apoyar el discurso
Si tienes una mala conexión, tu discurso puede distorsionarse y ser difícil de seguir. Utilizar diversos elementos visuales es útil para que los alumnos sigan la lección, aunque no puedan oírte con claridad.
Entre los elementos visuales útiles se incluyen:
- Fotos
- Diagramas
- Iniciadores de frases
- Gráficos de proceso
- Bancos de vocabulario
- Equipamiento específico
Dibujar elementos visuales durante tu clase en directo tendrá más éxito que mostrar imágenes estáticas en la pantalla. Los alumnos pueden seguir fácilmente el proceso si dibujas y hablas simultáneamente. A pen tablet es ideal para escribir durante las presentaciones.
Muestra las preguntas para que las lean los alumnos. No des por sentado que podrán oírte hablar. En su lugar, utiliza anotaciones para crear ejemplos trabajados. Escribe notas y comentarios sobre la marcha para ayudarles a seguir las discusiones.
3: Deja que muestren respuestas
No sólo tú tienes problemas con las videollamadas. Es probable que muchos estudiantes sufran una mala conexión a Internet. Cuando hagas preguntas, encontrarás un gran retraso o interferencias en la línea. Es frustrante para ti y aburrido para tus alumnos. Pierdes rápidamente el ritmo que tendrías normalmente en el aula.
En su lugar, busca formas de que los alumnos contribuyan sin necesidad de hablar. Podían sostener las respuestas en la pantalla o escribirlas en la barra de chat. Puede que no necesiten hablar durante la clase. Pídeles que anoten ideas y las envíen por correo electrónico o en una plataforma online como Microsoft Teams.
4: Graba las clases
Grabar la enseñanza en directo ofrece a los alumnos con poco acceso la posibilidad de ver las clases en su tiempo libre. Sube cada vídeo a una zona compartida y explica cómo encontrarlo. No sólo es inclusivo para los alumnos con acceso limitado a los dispositivos, sino que es útil cuando un alumno no se encuentra bien y necesita ponerse al día.
Intenta utilizar una ubicación central, como Microsoft Stream, para proporcionar a los alumnos una forma sencilla de acceder a lecciones anteriores sin necesidad de descargarlas. Es estupendo para establecer revisiones o apoyar a los que tienen dificultades. Puedes volver a utilizar estos vídeos para los deberes y la enseñanza a distancia.
5: Haz que tus clases sean cortas
No reproduzcas una hora tradicional en el aula. Haz que las clases virtuales sean breves y dinámicas para mantener a los alumnos interesados. Divide el aprendizaje en pequeños trozos con actividades y juegos combinados con modelos y debates.
Experimenta con el flipped learning proponiendo a los alumnos algo sobre lo que aprender antes de la clase. Acuden a tu videollamada preparados para hablar de lo que han aprendido. Esto permite que cada uno trabaje a su ritmo y dedica el tiempo de la clase en directo a practicar habilidades en lugar de introducir nuevos contenidos.
6: Que te resulte familiar
Las clases online funcionan bien cuando hay una estructura familiar que seguir. No sólo reduce la carga cognitiva, sino que también ayuda a los alumnos que tienen dificultades para seguirte debido a una mala conexión.
Si tus clases siguen siempre el mismo patrón, sabrán qué esperar. Esto reduce la necesidad de que oigan cada palabra que dices. Sé creativo y haz que las lecciones sean emocionantes, pero mantén la misma organización de la lección subyacente.
7: Prepárate para perder la conexión a Internet
Prepárate para lo peor, de modo que estés preparado si tu mala conexión a Internet impide que se celebre una clase en directo. Envía un correo electrónico a los alumnos antes de dar clase y comparte con ellos los recursos que vayan a necesitar.
Enséñales qué hacer si hay un problema de conexión que impide que se desarrolle la lección. Pueden utilizar los recursos que les has enviado para completar las actividades en su propio tiempo. Ajusta tu PowerPoint o graba un vídeo rápido y súbelo a una plataforma compartida para que lo vean en su lugar.
Reflexiones finales
No dejes que una mala conexión a Internet arruine tus clases. Si tienes que enseñar en directo por Internet y no puedes aumentar tu señal, debes hacer que funcione para ti y para tus alumnos. El aprendizaje en línea ha llegado para quedarse y es probable que se convierta en una parte normal del proceso de enseñanza.
Las lecciones cortas y rápidas que no dependen de que los alumnos hablen son las que mejor funcionan. Ofréceles diferentes formas de aportar ideas para asegurarte de que todos participan plenamente a pesar de los problemas de conectividad. Ser flexible en tu enfoque te permite dar grandes clases virtuales incluso cuando tu señal te falla.