La inspiración es una fuerza poderosa. Es ese momento de Limitless, en el que el personaje de Bradley Cooper de repente empieza a ver el mundo con total claridad.
Cuando estamos inspirados, nuestros miedos se vuelven insignificantes, nuestras preocupaciones desaparecen y las ideas empiezan a brotar de todas direcciones. Y todas son buenas ideas. A veces puede parecer casi abrumador. Trabajar en un estado de inspiración es algo que desearía que todo el mundo pudiera experimentar al menos una vez.
Y sin embargo, por preciosa y maravillosa que sea, esa clase de inspiración transformadora que vemos en las películas o sobre la que leemos en los libros rara vez nos llega cuando la esperamos. ¿Alguna vez has sentido la chispa de crear algo maravilloso, ya sea un cuadro, una historia, un videojuego, un álbum o una película, pero has decidido trabajar en ello en otro momento, cuando estés más preparado, capacitado o inspirado?
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Ese momento de duda es increíblemente importante y contiene una elección. La verdadera razón por la que esperamos la inspiración es el miedo. Tememos la ominosa página en blanco. El archivo de proyecto vacío, el lienzo limpio. Conocemos los millones de posibilidades, pero éstas menguan en comparación con la aterradora perspectiva del fracaso. Y nuestra hermosa contribución al mundo se aplaza una vez más. Pero el mundo lo necesita.
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Mi consejo es el siguiente: simplemente empieza. Siéntate (o no), coge las herramientas que necesites para empezar y hazlo. No es una prueba, ni un concurso, no necesitas compararte con nadie, lo único que tienes que hacer es empezar. Escribe la primera palabra, haz la primera marca con el pincel, abre Blender y haz un recuadro. Da el primer paso.
Los bebés no empiezan a correr antes de haber aprendido a andar, y no empiezan a andar antes de haber aprendido a ponerse de pie. Y para aprender las costumbres del bebé, hay que convertirse en el bebé. Así que si estás al principio de tu viaje creativo, sé el bebé. Empieza con pasos de bebé. Si ya lo has hecho antes, coge otros más grandes. Vuelve a la rutina. Mira adónde te lleva y concéntrate en el viaje.
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Deja de preocuparte por el resultado y explora las ideas sin juzgarlas. Déjate llevar y vuélvete salvaje. Ni siquiera mires lo que has creado cuando hayas terminado. Céntrate en el proceso. Los resultados llegarán, sólo es cuestión de tiempo y esfuerzo. En la creatividad, debemos celebrar el proceso. Deberíamos celebrar que fuimos capaces de mirar al miedo a los ojos y decir: fuera de mi camino, tengo un stickman que dibujar.
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El comienzo del aprendizaje de cualquier habilidad es siempre la parte más difícil. Cuanto más avanzas en el camino, más fácil te resulta. Y cuanto más lo hagas, más posibilidades tendrás de encontrar la inspiración, ya que la mayoría de las veces, la inspiración es el resultado del trabajo y la suerte. Yo digo que no esperes a que se cree. Encuentra el valor para dar el primer paso y seguir adelante. Sigue la chispa y deja que la inspiración te encuentre. Si tienes suerte, lo hará, y cuando lo haga, estarás preparado.
Sobre Martynas Eidukevičius
Martynas Eidukevičius es un ilustrador y compositor musical autónomo de Vilna (Lituania). Además de ser un agente doble, disfruta con el proceso de aprender y compartir sus descubrimientos con el mundo. Martynas utiliza su pen tabletWacom Intuos Pro para crear su arte, que puedes encontrar aquí:
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